A lo
largo de mi vida he tenido que lidiar en ocasiones con la incoherente envidia.
Gente que tenia mucho mas que yo y oportunidades
mejores que las mías, perdían tiempo interesándose de mas en mis asuntos (sin
buena fe claro).
Alguna amistad fracasada y algún disgustillo.
Ya sabemos desde dentro es mucho mas fácil hacer
daño a alguien, cuando conoces sus debilidades, sus problemas, etc.
Hace mucho que deje de intimar con otros, llegue
a la conclusión que no hay sitio mas seguro donde guardar mis sentimientos que
dentro de mi, allí nadie podrá manipularlos o utilizarlos en mi contra.
Cuando era adolescente no entendía por que
a ciertas chicas les caía mal e iban a por mi (ahora lo entiendo).
Por que sin mas metí al diablo en mi casa, le di
de comer y le vestí, para luego recibir un bocado envenenando, del que ya
apenas quedan secuelas, aunque si mucha sabiduría.
Una vez superadas las cosas hasta incluso
agradezco que hayan pasado, de eso se aprende, y mucho.
Hay personas entrometidas, envidiosas y con ganas
de molestar en general.
Posiblemente no tengan ningún objetivo concreto más
que el hacerse notar y coger protagonismo en la vida de otros.
Generalmente se dedican a juzgar a otros que en
ocasiones son idénticos a ellos mismos.
Juran y perjuran fidelidad y lealtad y no es más
que una simple fachada ante sus presas.
Sus intenciones generalmente no son buenas, mas
bien manipulaciones meticulosamente pensadas.
Y lo peor de todo es que hay gente que entra en
su juego.
Y se deja hacer.
Luego pasa lo que pasa, viene una nube negra y ya
no deja pasar el sol, esa nube crece y crece, convirtiendo el cielo y la tierra
en un lugar inhóspito y difícil de habitar.
Y todo por dar la satisfacción a alguien que no
es nadie.
Que vino y paso igual que pasa el autobús nº 6
por delante de mi puerta, sin vicio ni beneficio.
No podemos impedir los planes malévolos
de otros, pero si podemos tomar cartas en lo que hacen los que nos
importan.
Y los que nos importan están jugando un partido
en este momento, donde ponen mucho en juego.
Y como dijo alguien que no recuerdo, yo desde mi
elegante postura veo pasar el bus y el viajante que corre tras el... y pienso
¿Acaso realmente le interesa ese autobús?
Puuuf... que complicado y sencillo es el ser
humano. Dale un palo y una piedra y seguro que inventa un nuevo deporte.