miércoles, 30 de enero de 2008

El olvido


Olvidó la expresión de sus ojos
Olvidó la forma del contorno de sus labios
Olvidó el tacto de sus manos
Olvidó todos y cada uno de esos momentos
Olvidó el sabor de sus caricias
Olvidó las noches de pasión
Olvidó ese corazón que alguna vez alguien le dió
Olvidó todos esos momentos inolvidables
El sabor de su boca y el tacto suave de sus labios
Olvidó todo aquello que pensó que jamás olvidaría

1 comentario:

Pedro Jorge dijo...

No sé qué es peor, olvidar o ser olvidado... porque cuando ocurren ambas, ni se siente, se le olvida a uno...

Un saludo