domingo, 14 de diciembre de 2014

Sociedad

Vivimos en una sociedad con una doble moral que asusta.
Me canso de oir comentarios que suenan genial de personas que luego no mueven ni un dedo por la causa.
Una sociedad cada vez más interesada y menos implicada. Una sociedad que finge interesarse por tus cosas cuando en realidad no lo hace.
Si de verdad no vas a hacer nada por cambiar algo porque finges que te preocupa.
Hace años que predico la sinceridad de la palabra y eso no siempre se encaja bien.
Si no quiero no voy si no quiero no hago, me limito a hacer aquello que quiero y no lo que los demás quieren, y si cedo es por otros motivos.
Ser sincero sienta de lujo, te quedas ligero, cuando dices lo que piensas, pero ello requiere fuerza para asumir lo que viene después. Porque la sinceridad molesta y mucho. A veces quisiera tener el arte de fingir y disimular que algo me desagrada, pero me cuesta tanto que soy incapaz, se me nota en la cara. 
Me gusta la gente clara porque me considero clara. Ni medias tintas ni frases hechas, me gustan las personas reales cargadas de virtudes y defectos que son capaces de autoevaluarse, y de mejorar cosas de si mismos, que tienen esa capacidad para mirarse desde fuera.
Admiro algunos tipos de persona, las personas emprendedoras, luchadoras, las que siempre sacan cosas positivas de las cosas negativas, las que son generosas con sus seres queridos y no los castigan con victimismo y dramas varios, de esas personas me encanta aprender, observando como han llegado a ser lo que son, viendo desde dónde sacan la fuerza para superar las adversidades ellos solitos sin pedir ayuda.
La vida es un regalo, y si encima puedes gozar de una vida acomodada eres ya un privilegiado, si encima la madre naturaleza ha sido generosa contigo, ¿que mas puedes pedir!? Te debes considerar agradecido, alegre, dichoso, puedes aprovechar esos extras para hacer lo que te plazca en esta tierra. Puedes ser vegetariana, deportista, pintor, bohemia, amante de los animales, voluntaria en la causa, lo que te de la santa gana.
Me aterra la gente cambiante, los que corren tras lideres de cartón que dicen únicamente lo que quieren oir, personas que corren con la marea y ni miran atrás para comprobar si tienen otras opciones. Como si no pensasen por si mismos, como robots, sin poner en tela de juicio lo que ven y oyen. Todos los extremos son un error, todo radicalismo hiere al radical y a su entorno, no somos dueños de nada ni de nadie. Los extremismos son como el odio, destruye al que lo siente el primero. Hay que abrir la mente al mundo, empatizar con los sentimientos de los demás aunque sea un momento para comprender por que, y no odiar sin más, en ese momento te conviertes en mejor persona, y así hasta donde uno quiera.  
Mente positiva corazón sano. La ira es una enfermedad del corazón muy grave y una salida facil para no afrontar el problema real.
Y aunque la ruleta no para para dejarte bajar de este ritmo frenético al que nos impulsa la sociedad,
esta vida de inseguridades llena de preguntas y dudas, donde perdemos mas tiempo en lamentarnos que en disfrutar del sol, los paisajes o de un abrazo, donde muchas veces no somos mas que muñecos movidos por los hilos de nuestras emociones mas derrotistas, y entonces se nos paso la vida, esta increible experiencia que solo esta hecha para valientes que son capaces de superar sus obstaculos y luego disfrutar y agradecer a la suerte el poder tener oportunidad de vivir y elegir.

No hay comentarios: