lunes, 17 de diciembre de 2007

Cuando pudo no quiso, y cuando quiso no pudo



Hay un antídoto contra la soledad, a la mano de todos, natural como la vida misma, para evitar la más peor de las pobrezas, la soledad; es gratuito, funciona siempre, no crea adicción y mejora enormemente la calidad de la vida. Sólo es cuestión de cambiar los ingredientes que nos proponen. En lugar de individualismo poner solidaridad; sustituir la autonomía por la donación desinteresada, y orientar la libertad al servicio de bien del otro. Si la soledad es el sentimiento que surge cuando se constata que no soy nada, ni nadie para un alguien, el antídoto eficaz será la experiencia de importar a otro, y de importarle mucho. En una palabra, la soledad muere cuando nace el amor. Nada llena más el corazón del ser humano que descubrir que por mí, otro piensa, vive, actúa y elige. Mi existencia tiene sentido; la indiferencia queda en el olvido. Sentirse amado, sencillamente por ser yo; no por lo que hago, ni por mi dinero, ni por ningún otro interés. Se es amado por ser, nada más y nada menos … que uno mismo

2 comentarios:

IVAN dijo...

Muy bueno....tu blog todo poesia, y las fotos....fantásticas.
Felicidades y adelante.

Anónimo dijo...

Bueno, no se yo si tu leeras esto ya, pero me gustaria que me dieras tu permiso, porque me he inspirado en esa poesia y me gustaria ponerla como un resumende la historia que se me ocurrió, yo escribo por hobby, nada más, pero me gustaria de veras.